Sentimientos y Pensamientos en Conserva, sin Aditivos.

Millones de preguntas rondan mi cabeza, a la vez que sus respuestas vuelan en mil pedazos mis neuronas, como si fuesen deformes colores provocados por la onda expansiva de las mil revoluciones que gira mi azotea, sin una nube en calma, sin un cielo celeste.

Me muestro como es mi pictograma sin dobles jeroglíficos, uno y gracias... Fácil descodificar.

Mi tiempo se deshace en vano, si no pones de tu parte, porque quiero que me absorbas como la magia de las palabras, que embriaga y hace posible lo imposible.

¿Qué momentos propiciaron vuestra mundana atención hacia mis parcas palabras, calientes, convexas y llenas de sentimiento? ¿tu mirada, mi voz, mis huesos húmedos?

Pensamientos prosaicos de mi ser, un ser contingente como yo, sin ganar, a veces perder, pero loco de remate sin encontrar la seguridad que refuerce toda dilación.

Divagaciones todas, culpable soy, inspiraciones nulas de una mirada brusca, torcida, sin sentido, bajo unos dedos prodigiosos provistos de sensaciones creadas en dos.

Quisiera morir, si no merezco tu abrazo, dejarme caer en el abismo propio de lo opaco.

Estrecharte entre mis piernas como entrada a mi refugio donde nadie puede entrar, en la parte de atrás de un corazón secular, lleno de esparadrapo y sin oxígeno... pero provisto de una buena armadura, creada por la vida a destiempo.

En algunas de mis noches, debería cambiar de nombre, porque ya no sé si soy el mismo... El escepticismo es la fe de los espíritus errantes, ondulantes como navegador de las aguas bravas de los pensamientos y sentimientos transparentes, ahogando demonios y defectos.

Apareces en la noche sin llamar y te acurrucas en mi, como un héroe desfallecido en batalla.

De las vueltas que nacen con cada impulso, hacen que mi corazón lata de una forma extraña, sonido hueco al abrir una conserva... Te dejé entrar, creo que no me equivoqué, o al menos eso espero.