Soneto de septiembre... (microrelato)

La tarde comenzó bien, el viento rebelde azotaba la cara de Lucía, desnuda y sudorosa se incorporó de su lecho, y exclamó:
- Por fin llegó el otoño... .
Se acarició sus pechos tersos, de las tantas veces que los hombres le decían cosas... Una mujer que rozaba ya los cuarenta, y se mantenía en pie.
Enérgica y expresiva, besó a su acompañante de cama...
-Es lo mejor que he hecho en mucho tiempo.- con una gran sonrisa, gritó al aire.
Lucía brillaba con luz propia, había quedado con su mejor amigo para ver una película sensiblera, de esas donde hombre busca chica, y se interpone la familia y se escapan... Su amigo estaba triste y necesitaba una amiga con quien llorar, con quien desahogarse.
Lo único que le atormentaba era la frase que le había dicho su compañero de trabajo: "¿qué ganabas con besarme, Lucía?"
Se vistió de escándalo, y pensó que si le viera alguno de su trabajo quedarían hipnotizados: "La miel no está hecha para la boca del asno", tragaba sus palabras con su refresco de cola.
Guardó a su amante en la caja, con gesto pícaro y soltó una carcajada: "Al menos no tengo que contarte nada... eres bueno en la cama, y sabes lo que me gusta."
Salió de casa, pisando fuerte, se veía guapa, segura. De pronto, tropezó con un corredor de fondo, al que se quedó mirando y pensó:
"Eso es lo que necesitamos algunas mujeres, un hombre así, que un sábado a las diez de la noche se marche a correr y te deje tranquila."


Comentarios

  1. olé olé que bueno las mujeres autosuficientes...eso para que se necesita a alguien a tu lado que lo único que hace es molestar...jajaja muy bueno.

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