Manhattan & Sushi (12 + 1): Fantasmas de día...

"Mujer de treintaiocho años, cianotica, trauma craneoencefálico, trauma abierto de cabeza, fractura lineal de cráneo, pérdida de sangre, A positivo, flujo sanguíneo cerebral normal, tensión nueve-siete, oxígeno al cuarenta y cinco por cierto. Supuestamente caída en la bañera y posterior golpeo en la sien con laceración profunda y hematomas intracraneanos, en ojo y pómulo izquierdo..."
Bibi y yo estábamos aterradas, cuando una enfermera nos acompañó a la sala de espera y nos indicó que en cuanto supieran algo saldrían los médicos a hablar con nosotras; nos hizo varias preguntas:
- ¿Cómo se llama vuestra amiga?.- sin mirarnos a la cara, apuntaba mecánicamente todo lo que le decíamos.
- Lola González.- contestamos al unísono.
- ¿Alguna patología?
- Ninguna, salvo pequeños trastornos depresivos.- suelta Bibi con pudor, es como si soltáramos toda la vida íntima de nuestra amiga a una persona desconocida para nosotras.
- Bien, ¿Alguna medicación?
Nos miró clavándonos su mirada fría en nosotras, como un blanco a la diana.
- ¿Usted a dónde quiere llegar?.- se levantó Bibi, alterada, llorosa.- Nuestra amiga, no se droga y ni siquiera toma alcohol, se ha caído en la bañera, seguramente por un descuido, un resbalón...
- ¿Ya, estaba usted para verlo?.- incrédula y algo dura, la enfermera.
- Bueno... no doy crédito, le repito, como he contado en la unidad móvil que llegamos esta mañana; mi amiga vive sola, y no toma nada de estupefacientes. Los medicamentos que toma suele ser Tranxilium, Elafax XR... porque como he dicho, tiene trastornos depresivos.
- ¿Alguna alergia conocida?
- Que sepamos nosotras no... creo que a los ácaros del polvo.
Sonreímos las tres, pero pronto la sonrisa de la enfermera se tiñó de seriedad.
- ¿Ustedes creen que su amiga ha intentado suicidarse?.- nos soltó a bocajarro.- en estos casos, debemos llamar a la policía, porque entre otras cosas puede ser intento de asesinato, suicidio o...
- O hostias, no te jode... Mire le repito que mi amiga, o mejor dicho todas nosotras estamos de atar, pero de ahí a suicidarnos hay un gran paso.- le dije con una nausea seca...
- Vale. Tranquilícese.. ¿Se encuentra mal? ¿Quiere que le vea un médico?.
- NO, quiero que vean a mi amiga y nos digan algo rápido.
- Esperen aquí, por favor.
La estirada enfermera se marchó dejándonos en el más profundo desconsuelo.
- Joder, Bibi, Lola no se habrá intentado...
- Calla, que no, Lola tiene muchos proyectos, y muchos fantasmas que salen de día y que no puede controlar, pero estoy convencida que no, que ella no es capaz.- me dijo metiendo su cabeza entre sus piernas, llorosa, sin saber como mantener la situación.
- ¿Cuánto tardan éstos, no?.- miré el reloj, en ese momento recibimos un SMS de Marco:
"Amores, estoy de camino... no os preocupéis. Dejadme unir mi soledad con la vuestra y crear alegría otra vez. Os Amo."
Al leerlo no pudimos contenernos y lloramos desconsoladas en la sala de espera, y observamos la mirada atenta de Chusa que hacía entrada en nuestra escena.
- ¡Dios Santo! ¿Estáis bien? ¿Qué pasa? ¿Por qué lloráis? Contadme o no respondo... me va a dar algo, casi me bajo del taxi porque estaba en un sinvivir.
Chusa nos abrazó, le contamos todo...
- ¡Cómo es posible, Lola, la mujer más sensata que conozco!.- mirando al horizonte a través de una diminuta ventana.
- Chicas, ¿habéis dicho lo de sus depresiones?
- Claro, Chusa, nos preguntaron de todo, además dicen que en estos casos llaman a la policía a investigar....- le expliqué.
- Entonces van a suponer que se ha intentado qui... .- suelta Chusa como si nada.
- Calla, o te doy una hostia, Chusa, si has venido aquí a sugerir y a provocarnos, te largas porque no ayudas nada, entendido.- Bibi enérgica, levantándose del asiento y recorrió la sala a pasos agigantados.
- Te tranquilizas, ¿vale?, no digo que lo hubiera hecho, ¿vale?, no estábamos nosotras para verlo... existe esa posibilidad, por su historial.
- Mira, Chusa, me voy fuera, porque eres el colmo del consuelo, de verdad, acabas de decir que es la mujer más sensata que conoces, y ahora dices que está loca como para suicidarse... ¡Lola no es capaz, y punto! Y como alguien vuelva a decir algo sobre ello, entrará a urgencias por hostias severas, ¡Entendido!
Bibi salió de la sala de espera, huyendo del peligro que podía tener con el diagnóstico de Lola, su mejor amiga, no encajaba bien que pudiera perderla y menos aún la posibilidad remota de suicidio.
- Pero bueno, Susa, no me merezco que me hable así, ¿verdad?
- Chusa has sido muy dura, con Bibi, y ya sabes que ellas dos están muy unidas, y además hoy Bibi lleva un día durísimo.
En ese momento, cogí la papelera para vomitar, y Chusa se quedó mirándome incrédula.
- ¿Y a ti qué te pasa? ¿Te sentó algo mal?.- me acariciaba la espalda.
- Sí, debe ser el café completo en casa Julián.- mentí porque ya teníamos suficiente tragedia en nuestras vidas, para soltar mi bomba ahora.
- Susa, voy a salir a hablar con Bibi, ¿puedes estar sola un segundo?
- Sí, ve, anda, no te preocupes... no discutáis por favor, debemos mantenernos unidos.
Chusa salió con su paquete de tabaco mentolado, me recompuso el sonido de sus tacones alejarse y pensar que mis dos amigas iban a arreglar sus malos entendidos, lo necesitábamos todas por el bien de Lola.
Bibi en la entrada del hospital fuma desesperadamente, y extrae de un macetero una margarita blanca, que deshoja triste.
- Bibi, cariño, perdona, siento enormemente que te encuentres así, yo estoy preocupada por ella y por todas nosotras... Soy muy burra, lo sabes, simplemente quería pensar en lo que había ocurrido. No te molestes conmigo, que sabes que yo no quiero nada malo para nuestra amiga.
- Lo sé. Pero no puedo dejar de pensar en lo que le ha podido pasar por la cabeza... Teníamos que haber ido ayer con ella.
- Bueno, no te culpes, ha pasado, es fuerte y se pondrá bien.
Se abrazaron, y en el mismo instante apareció Marco, llorando, al verlas abrazarse...
- ¡Qué pasa! Chusa, Bibi... ¡Qué pasa! ¿Susa?
- Dentro, en la sala de espera... .- dijo Chusa, limpiándose los ojos de lágrimas.
- ¿Lola?
- En trauma...
Marco se llevó las manos a la boca y empezó a llorar.
- Chicas, los médicos, preguntan por familiares de Lola González.- Salí a buscarles para estar juntos en lo que los médicos nos iban a decir.

Entramos los cuatro, dos médicos vestidos de verde, nos acompañan a un despacho lleno de libros y varios diplomas colgados en la pared.
- Buenas, soy el doctor Hernández, y ella es la doctora Martínez. Son familiares de Lola González, ¿Verdad?
Asentimos, y un silencio aterrador roto por los sollozos de Marco, auguraban algo malo.
- Calla, Marco, o te doy una bofetada.- le susurra Chusa.
- Bien, Lola se encuentra en estado de coma, ha perdido mucha sangre, tiene tres costillas rotas, el cráneo abierto...
- ¡Por Dios!.- interrumpe Marco al doctor, llorando.
- Tranquilícese, por favor... Su amiga se encuentra en estado crítico, necesita dos operaciones, pero al haber perdido mucha sangre, debemos hacerle una transfusión. Además ha perdido oxígeno y todavía no sabemos si sufre daños cerebrales. ¿Alguno de ustedes es compatible con la paciente para donar sangre?
- Yo, soy del grupo universal, cero negativo.- le dije poniéndome de pie.
- Pero, Susa, está...
- Bibi, estoy encantada de donar sangre a Lola, ¿de acuerdo?.- le sonreí falsamente.

Somos animales de costumbres y el pez por costumbre respira bajo el agua, así nosotras nos movemos mejor entre emociones conocidas, entre acciones rutinarias y en soledades compartidas. Nos queremos y eso se nota, no existen absolutos y lo damos todo, simplemente por sentirnos bien, sin engañarnos a nosotras mismas, manteniendo encendidas nuestras pequeñas chispas de amistad, aunque las desavenencias nos ayuden a encontrar el fuego en otra hoguera.

CONTINUARÁ...


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