Sábado más uno


Aunque se te noten los huesos, ya no te acuerdas de mi.
No te acuerdas de mi sin que nos veamos los sesos, ni yo te siento lejos.
Ya no recuerdas ni mis ganas, ni tus largas, ya no te acuerdas, aunque te llenes de cieno hasta el cielo.
No evocas mi nostalgia entre tus celos, ya no te acuerdas, ni rememoras la mirada despierta que se posa en tus ojos infinitamente cerrados, y bajo tu espalda, recorrida con las yemas de mis dedos, muy suavemente, ya no te acuerdas de mi vaivén despreocupado del brazo desnudo hasta llegar por ahora al Sábado más uno.
No escuchas mi silencio, cuando no notas la presencia de mi lente al filo de lo posible, compartir, pero ya no te acuerdas...
No te acuerdas de mi plenitud en tu carisma de ciega fe, nací sin ser recordado, pues deseo tu escuela de recuerdos múltiples, sin ser el centro de fiesta, sólo de tu fiesta, volviéndome loco por ti, un viernes desgarrado.
Seguro nunca estoy, porque soportas mi caos, como una bella calamidad brotas entre mi piel como bálsamo fehaciente tan requerido por mi historia teñida en sepia.
No te acuerdas de mi y a mi se me paran los pálpitos de mi músculo en tensión... Quiero beberme tu sed, para que concilies tu necesidad en acordarte de mi.
Ausencia de dos mitades, sin ser eterno, no te acuerdas conmigo, ni sin mi, sin decencia ni demencia, no te acuerdas de tu Sábado más uno.
Los días que nos quedan por trabar entre tu voz y mi silencio, ejerciendo fuerzas nulas de una estrépita charla, sin que me viole la ansiedad porque ya no te acuerdas.
Busco el rincón del azar, sin que fingas, para que vuelvas a recordar de sentirnos en uno.
No te acuerdas de mi, ni me acuerdo de ti.


Comentarios

Entradas populares