de hechiceras y raras...
Leyendo una tarde calurosa algún libro de "Metamorfosis" de Ovidio llegué a la conclusión que la transformación de la propia apariencia o la de otro en algún animal o en un objeto, es uno de los recursos empleados en las descripciones literarias de la magia; las hechiceras, cuando recurren a una metamorfosis, pueden adoptar la apariencia de ave, siendo la lechuza un ave por la que sienten predilección, y sobre todo en la mitología el ave era símbolo de augurio; Es el caso de Pánfila: "le crecen además fuertes plumas, la nariz, curvándose, se le endurece, las uñas, estirándose, se vuelven ganchudas. Pánfila se transforma en búho. Dando entonces un chillido quejoso y probando sus fuerzas, poco a poco se va alejando de la tierra y alzándose de inmediato a las alturas, sale volando con la alas desplegadas".
Ovidio refiere que el aspecto que suelen adoptar se debe bien a que han nacido aves o bien a que recurren a hechizos. Un ungüento aplicado a todo el cuerpo constituye alguno de los recursos que utilizan para transformarse. Este tipo de elemento se ve claramente en el personaje de la Celestina.. ungüento para enamorar a Melibea.
La metamorfosis puede ser voluntaria o ser el resultado de un castigo o de una venganza; Por ejemplo, Meroe, vengándose, convierte a su amante en castor, en rana a un tabernero, a un abogado en carnero y es capaz también de dar a alguien la forma de perro, ratón, mosca o comadreja.
Las hechiceras reciben en alguna ocasión la denominación de uersipelles (”que cambian de piel a voluntad”) en referencia a su habilidad para transformarse: pues las horrendas “uersipelles” "cuando se deslizan ocultamente convertido su aspecto en el de cualquier animal, incluso podrían burlar los ojos del Sol y de la Justicia".
Pantia y Meroe, son lamias de cuyos poderes sufre las consecuencias. Las lamias estaban consideradas una especie de ogros o “cocos” que devoraban a los niños una vez que se habían apoderado de ellos; Acordaos de cuando éramos pequeños, los adultos nos mortificaban con la leyenda del "coco".
La transformación de Lucio en asno se produce por la confusión en el uso de los ungüentos que le facilita Fótide, criada de Pánfila, así como su recuperación de la forma humana son ofrecidas al lector con detalle. Resulta significativo el hecho de que las transformaciones en animales estuviesen literariamente presentes en la novela y en la poesía.
Las actividades de magia realizadas con el fin de inspirar el amor de alguien eran tareas para las que las hechiceras estaban solicitadas con frecuencia. Hacer surgir el amor, reavivar el que languidece, castigar a quien contraría los sentimientos amorosos son algunos de los servicios que se les requerían. Tampoco podemos olvidar los filtros de amor, para poder reconquistar al amor perdido.
Uno de los argumentos del proceso seguido contra Apuleyo, precisamente, es aquél que señala que éste sedujo a Pudentila recurriendo a medios mágicos entre ellos a pociones de amor.
Pánfila predice la lluvia recurriendo a una lucerna e incluso, ante la llama, llega a transformarse en búho. Apuleyo estaba convencido de la eficacia de la adivinación. Antorchas supuestamente empleadas en sacrificios nocturnos constituyen algunos de los elementos en los que se apoyaba la acusación; rechaza así mismo haber utilizado espejos para adivinar el futuro, si bien desarrolla una exposición sobre ellos que evidencia sus conocimientos de óptica.
Qué bueno sería convertir, por ejemplo, a tu vecina en hiena, o a tu compañero de trabajo en agua de lluvia... o mejor aún, hacer un ungüento para que tu jefe te deje salir antes del trabajo.
Las hechiceras son parte de la historia, perseguidas siempre, por la Inquisición y hoy en día las curanderas o naturalistas son tratadas como raras, pero son un buen ejemplo de lo que la madre Tierra nos ofrece, siempre y cuando no se enamoren de tu cuenta corriente.
Os invito a la lectura, cuidada y a plazos, de "Metamorfosis" de Ovidio.
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