Porque no puedo____

Una corriente vital ejerció de chispazo-calambre en mi cuerpo e hizo reaccionar el giro de mirar atrás, y verle caminar de espaldas por el hall del suburbano. El chispazo ofrecía magia a toda mi existencia... cada paso iba marcado por la corriente vital; el giro de mi cuello, el gesto de mi cara y el movimiento oblicuo de mis labios. Es como si a cámara lenta, se pudiera ver cada detalle, y el flujo de gente se hubiera paralizado como una exhalación de frescor de la boca con restos de los besos que pudiste lanzarme al aire, y sin sentido ir cayendo a modo de lluvia en mi.
Me senté en la estación al ver el convoy pasar, aguantándome poder besarte, aguantarme el poder decir un te quiero. Ahora estoy aquí, sentado, mano sobre mano, absorbiendo los aires desprendidos de la gente al pasar y de los trenes viajar, que tan solo pudieron mover el anodino mechón de pelo. "Porque no puedo, no puedo moverme sin sentir si no me sienten..." pensé, esperando una reacción de mis aspas.
Porque no puedo dejar de ser yo para convertirme en un enfermo; prefiero saber de ti perdiendo el sentido cada vez que me besas, creyendo en un instante de fe: acariciándome.
Sentado en la rutina de mi estado y asomado de puertas en el abismo de la locura, indefenso entre la ráfaga de aire contaminado del interior de la ciudad... pensamientos quietos pululan en los estados más inquietantes de mi mente.
Para perder, al menos por un instante, mi inquietud, observé a mi compañera de asiento, una chica de aspecto dulce a la que sus zapatos le apretaban, se descalzó y masajeó sus pies, sintiéndose más aliviada, me dijo:
- Perdona... ¿esperas algo?
Le miré triste y le dije:
- A mi mismo. No me encuentro.
Se acercó a mi, y sin mirarme a la cara, me abrazó y pudo saber que entendía el porqué de mi frase.
- Yo tampoco me encuentro. He quedado y no ha aparecido.- me dijo posando su mirada tan azul a través de la mía, proyectada en mi interior.
Me imaginé a mi compañera sedente en una plaza cualquiera, vestida para la ocasión, como una princesa sin trono, esperando al que iba a ser su acompañante y una llamada le dice que no puede ser. La frustración la condena porque es ya la tercera vez que le dan un plantón y ella seguía castigándose: volvería a caer.
Somos iguales, le dije. No nos encontramos a nosotros mismos, pero te he encontrado a ti y tú a mi.
- Fluye conmigo.- le dije a la princesa de mi cuento.




Comentarios

  1. No se bien a que te refieres a ese tipo de amor secreto, escondido pero correspondido, o a ese otro tipo de amor platónico conformista que no nos atrevemos ni a mirar...,simplemente imaginar lo que pudo ser y no fue...La verdad es que da para pensar.

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  2. Me recuerda a la canción de Penélope de Serrat.Muy bueno

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