Abandono

Se agazapó sobre sus palabras, comprendí por un momento que estaba sola cuando me asomé a sus labios, aquellos que tantas recomendaciones, consejos y reproches habían lanzado. Las palabras convertidas en promesas, dejaron al tiempo sin recuerdos, solo un mero espectador de una desdicha, prisionero de tus hechos, de tus triunfos.
Ella, subterránea, acabó por esconderse y el ciclo se cerró. Me incorporé en la lejanía de mi tristeza, esperando, y hallé un vacío tremendo. La distancia era cada vez mayor que turbaba mi paz interior. 
Fue solo un quizá, un temblor que hizo que se disipara la nostalgia. Comprendí que ella solo acaricia el caballo cuando ha de montarlo. Eso fue, porque nadie tiene experiencia sin actos y nadie puede vivir sin moverse. Silencios y cobardías. Dejaré que envuelva su incertidumbre en un adiós. 

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