Anhelo

Me agarró de las manos como si quisiera tirar de mí para sentir la plenitud de su existencia. Recorrí su caricia fortuita hasta que la piel se ocultara tras el jersey de cuello vuelto que me había regalado.
- "Quédate conmigo... ".- me susurró entre cosquillas de sonidos y aire mentolado expulsado de su boca teñida de rojo intenso sobre mi oído.
 Sin mediar palabra, mis labios alcanzaron los suyos como un animal famélico y los devoré, contagiándonos de una explosión de calor. Me desnudé y ver mi cuerpo despojado de todo abrigo, aumentó la  excitación aun más...  Me abalancé con la gravedad hacia mi objetivo. Inesperadamente, un surco de sudor incrementó el campo abierto, regado de ese agua salada que emanaba de la boca. 
Quería darle todo, perderme en su sueño, en la locura y despejar entre nuestras manos la ternura. Encerrarle entre mi sexo fugaz y el depósito de felicidad que repentinamente confundía con el cielo de sus ojos.
- "Te quiero desde antes de conocerte..." .- las palabras recorrían en forma de brisa mi cuerpo expuesto, y  cada una de ellas, emborronaba  pensamientos dispares, colmando el deseo de una ilusión tranquila y disfrazada de vísceras íntimas.
Mi corazón, sumiso a la razón, se rompe en mil palabras para decir que nuestro destino está evocado a la incertidumbre.
- "Ya no soy yo, ahora eres tú".- me dejaba volar entre las caricias de la oscuridad de un tiempo saciado. 
Me vacié en tí, sin que supieras que te amo como la confusión de un mar y un cielo, en un espejismo de nuestro horizonte. 

Terminados. Cruzamos juntos nuestro desierto; haciéndome tan feliz, que hubiera perdido la llave de este frágil motor que mueve mi vida. 
Nunca sé interpretar los mensajes que con tu cara mandas ante estos momentos en los que soy feliz. Por eso suplico saber el final, y sin llorar buscaré un motivo para poder estar, para poder romper lo exterior en partículas indescriptibles que borren todo lo que hace que yo pueda despejar mi amor, y vivir libre.

La mañana surgió de una noche plena, el frío hizo estremecer mi cuerpo, miré a mi lado y sólo encontré el vacío de un amor entre las arrugas de unas sábanas usadas. 
- "No prometo nada".- me dije para entender lo que sucedía ante la soledad guardada en mi cama. 
- "¿Qué parte de un destino se ha quedado por el camino? " .- volví a declarar.- "es solo un mal sueño, calamidad".

Sereno, intenté recoger la memoria que se había quedado impregnada en mi cuerpo, sólo son mentiras que nos creamos para no ver una realidad que nos ciega. Verdaderos 
sentimientos pacientes y llenos de horas contadas vividas contigo. 

Durante el día el aturdimiento era el culpable de no olvidarse de lo que había ocurrido en tan solo una sola noche. Fue un sueño o eso quería pensar y es pronto para   comprender lo que de verdad siento.
La dicha iluminó por un segundo, su lucidez y quiso convertir su anhelo en la luna de su deseo.





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