f r á g i l e s

El olor a pan tostado, y el renacer del sol entrando por mi ventana hizo que mi rostro esbozara una sonrisa... Al levantarme noté el frío del ambiente; el otoño iba entrando a nuestra vera, para erizarnos la piel y enfriar poco a poco cada parte de nuestro cuerpo: Mis pies entraban en proceso gélido, al contacto con el suelo, presagio del abrazo del viento... bajo el miedo de un desafío.
Regresaba al pueblo cada vez que quería encontrarme a mí mismo, inventarme sin ser un forastero y poder resurgir como ave fénix. Tenía tanto que darle al lugar que ha hecho tanto por mi alma y mi vida.
Agarré mi taza de café como si me faltara el aliento y me dispuse a contemplar por la ventana el magnífico espectáculo de la naturaleza... Unos pinos que me han visto crecer, que me han visto jugar al escondite con sus ricos piñones, llorar cuando entre sus tierras recias enterré a mi amada minina, contemplar tardes eternas para soñar...  Recitar a mis poetas a viva voz, ante inmensos espectadores que me observaban entre el vaivén de un viento juguetón.
Alcanzar entre las manos de mi madre y mi abuela las piñas y la corteza de sus troncos para calentarnos en los días nevados del invierno.
Nunca supe que mi prado dorado y mi bosque de pinos eran tan frágiles, nunca supe que podía ocurrir que pudieran hacerme trizas y descomponerme entre sus cenizas.
Ahora ya no existen, sólo en la estela de mis recuerdos, aunque me cueste un abismo ver la realidad.
La pena derrumba toda mi infancia, y las lágrimas sollozan por la impotencia de no poder salvarles entre las llamas de un descuido. 
Los pinos han dejado de llorar lágrimas transparentes y pegajosas de resina, que limpiábamos con aceite de oliva de nuestras manos, entre risas y travesuras:
- Ven, ¡quietito!.- me cogía mi madre entre sus manos.- voy a limpiarte las lágrimas de los pinos con oro líquido, tesoro.
No entendía nada, solo que mis manos parecían embadurnadas de pegamento graso, y las juntaba y al separarlas me hacían cosquillitas provocando una risa tonta.
- Madre, ¿por qué lloran los pinos?.- le pregunté mientras enredaba con mis pies entre su falda.
- Por la acción del hombre, muchachito.. .- cuando seas mayor, lo entenderás.- me dio un azote en el culo y me invitó a salir a jugar.

Ahora lo entiendo, ahora lloramos nosotros de desesperación e impotencia ante mis pinares y prados devastados. Hace más de 75 años fueron plantados los pinos que ahora han ardido tal vez en el descuido, tal vez en la ira, tal vez en la depravación de los que piensan que la tierra está ahí para ser usada a nuestro menester y antojo. 
Mi madre me trasmitió como una herencia digna, justa y bella desde nuestros antepasados que la naturaleza hay que cuidarla.
Casilda, la hija del panadero, llora porque en su memoria habita el día en que contemplaba crecer un árbol que tardó 75 años en rozar con sus ramas las nubes de nuestro cielo, de nuestro tiempo, del porvenir.
Queda el rumor de las llamas y el humo negro cuyas cenizas están depositadas en nuestro corazón, en nuestra tierra, y con el ánimo que puedan volver a resurgir mis pinos, mis arbustos, mi tomillo, mi brezo, mi romero... y mezclarme de vida.

La nostalgia de corretear entre ellos quedó en mi retina, mientras el café amargo posa entre mis sentimientos. 
Tristeza por un tiempo perdido y la impotencia crece arrancando en mi corazón la desdicha.

Buscaré un camino a ciegas entre un soplo de aire, entre mi gran vacío, por medio de silencios, palabras y recuerdos. Sentiré la fuerza para que las cenizas de mis frágiles se conviertan de nuevo en un  sueño vivo.  






Comentarios

  1. Es muy emotivo ver cómo evocas tu niñez, es muy triste que físicamente te hayan destruido el recuerdo, pero siempre será gratificante en la imagen de tu retina, en el sentir de tu alma. Bes

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  2. con cada perdida de la realidad de nuestros recuerdos, se muere un cachito de nuestra alma, pero nace un nuevo trozo que reside en la esperanza, sigue mirando ese bosque de pinos y verás el milagro de la naturaleza, los malos actos no pueden con ella, al final renace más maravillosa que la vez anterior, sigue mirando

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  3. La prueba de que algo crudo también puede contener belleza. Me encanta.

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