eternamente.



Lo recuerdo todo, desde su sonrisa y su melena negra hasta el último beso helado que paralizó en un momento treinta y seis años de mi vida. Detuve el tiempo: entre la razón y el corazón.
Es una etapa importante del ser humano, sí, pero encajarlo en el viaje de tu nueva vida; volver a zarpar en un barco que es inestable emocionalmente y notar su ausencia, duele.
Te sientes en el vacío hueco que martillea extremadamente la tristeza entre la parte más recóndita de tu corazón, y la velocidad de un pensamiento. No es poco sentirse así, es lo más parecido al tránsito entre las líneas interminables de transporte de tu malestar, donde no hallas una respuesta coherente, a que cierre esa herida tan profunda que es la ausencia.
Entiendo absolutamente tus sentimientos, descolocados y emergentes sumidos en la tristeza que aparece por sorpresa en los momentos que menos te imaginas.
Qué bonito retener cada momento vivido, cada sentimiento ofrecido, aunque te queme el alma por el silencio de la soledad... Siéntete vivo, eso es lo mejor que puedes ofrecerle que él desde su cielo dará sentido a toda tu vida...
No te escribo mis llantos o mis lamentos, pero quiero ser cercano a ti porque te entiendo perfectamente por lo que pasas: te encuentras en un pozo oscuro donde para salir debes escalar recuerdos, momentos, palabras y verdaderos sentimientos, con temor, con miedo para saber cómo encajar todo ello.
Quiero que no seas un pájaro sin alas, y tiendas todo aquello que te bulle por cada poro a aquellos seres que te quieren, ellos sabrán dar forma a tu consuelo, y entre consuelo y consuelo, cerrar tanto dolor causado.
Supongo que ahora recordarás la mano que te acarició, los labios que te besaron, no te pidas perdón por hacer visible tu humanidad... No hay nada mejor como verte sonreír o sentirte tú mismo, sin cautela. Ahora estás sin reservas.
Quizá te resulte extraño que tengas entre tus manos un folio escrito por mi o la intromisión por mi parte de ejercer, por así decirlo desde mi experiencia, aire fresco y contribuir si por mi bien en estas palabras, adentrarte en la calma.
Debes saber que solo sanamos de un dolor cuando lo padecemos plenamente, mediante recuerdos de los que disfrutamos y por su puesto nunca perderás, porque amas profundamente y ese amor se convierte en parte de ti y de Él.
Sé que ahora no quieres pensar, no decir, no reír, no llorar, no esperar. Pero Él ha sembrado en un jardín, esperanza y desprende en ti una energía llena de luz para que puedas volar y ser feliz.
¿Y ahora qué? te preguntarás. Ahora te queda la memoria y toda una vida, donde le recuerdes con el corazón.
Si pudieras tener un instante de Él, llenarías ese maldito vacío... pero te darás cuenta que desde la distancia notarás entre suspiros y tus latidos, su estar.
No estás solo en este trance, todos te arropamos entre nuestra ala y mañana verás la alborada, limpia y clara.
Y así empecé yo cada día, eternamente, desde aquel mayo en que la oscuridad se apoderó de mi, pero ahora ya me asomo a un mundo de luz, sin penumbras. Poquito a poco, sin darme por vencido.
Todo esto me trae hasta tí para no verte sufrir.
Con todo mi afecto,
Má.

Palabras para dar luz al mundo lleno de penumbras.
Un abrazo, S.


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