3 cosas hay en la vida...


Madrid, 8 de mayo 2000
Estimada Marcela:
Cuando recibas esta carta, entenderás mi fe en que te encuentres bien, y sabrás que no sólo hay tres cosas en esta vida, existen muchas más; para encajar todas las piezas de este puzzle que es la vida.
Tengo el presentimiento de que futuro no hay, pero vives tejiendo un ayer entre tus manos, sintiendo la llegada de un Ulises de plástico, cerca, o lejos, da igual...
Tú frunces tu ceño, sin pestañear de afecto a algo tan simple como el momento inexacto de ser feliz.
Marcela.., salud, amor y dinero, según decían en esa manida canción, no es la fórmula...
La salud es imprescindible para curar la vida, sin miedo a mañana, sin condenar el valor del momento. Unido a ella, está el amor, como resignación, la espera que dejó desesperarse, sin dar razones, puedes enfermar de amor, por lo que no tendrías salud... y, el dinero, ay el dinero, infecta la ilusión, y recupera las heridas...
Marcela, no aceches entre telarañas, y no calles, grita, buscando una felicidad que te llegará entre tus dulces ojos canela...
Eres absoluta, alma disipada entre las partículas inacabadas de una sonrisa...
Solo te pido paciencia y que puedas atrapar entre tu vida un esbozo de dicha, sin mezclar recuerdos, y evoca que no hay cambio para las tres cosas, ya que conseguir al menos el tono circundante del tiempo muerto de la felicidad, es mi mayor deseo...
Seré feliz, si tu lo eres.
Seré tu ronroneo, si sonríes.
La sencillez y la tranquilidad forma parte de ese apego feliz que tanto y tanto te mereces.
Nunca dudes cuál de las tres cosas te conviene más, pero la pasión por encontrar la felicidad, será tu bien, como una única cosa de las tres...
Si buscamos una explicación a ese tres; te diré mi querida Marcela, que seguiré recogiendo pedacitos de mi corazón de vinilo en el desván, en ese dónde juntos jugábamos, entre el olor de naftalina y lavanda de la abuela.
Hasta entonces, entre nostalgias y buenos momentos... recibe un beso como parte principal de tu hazaña más futura.
Tuyo,
S.

Inés... gracias, por hacerme siempre importante entre tus palabras de cariño, gracias por hacerme fácil esbozar una sonrisa.

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