Besos al aire!

En el aire hay besos para ti.- me voceo desde el balcón de los geranios granates.
Sonreí, y noté en el mismo momento que sus besos me comían por cada recodo de mi existencia...
Si pudiera verte un momento más, no daría besos al aire, a ciegas, sólo con tu esencia, devolviéndome a la vida del encomio y dar recortes de esperanza a esos besos dispersos y retozones.
Sólo por tus besos envolvería el mar en papel de luna de plata, para volar en tu sueño, acariciarte por mi brisa serena, lo daría todo de mi, mi mejor yo para alcanzar mi mejor tú.
Salté hacia la comisura de sus labios y el azar me dio sus besos, fugaces, pecados, veloces en amores, sentidos entre ser y razón.
Recorrí prometiéndome partir entre los besos al aire, tantos que gozo entre ellos, vivo por ellos, uniendo las piezas entre minúsculas partículas con puntadas sin hilo.
Rozando la locura con miles de besos en un simple gesto, fresco, de cielo, largo lazo unido sin soltarme. Nos elevamos al infinito y caí herido por un beso al aire, con tu guiño te busqué pero encontré silencio. Te habías marchado.
No fue herido por un beso, sino herido por tu ausencia en la noche gélida del invierno...
Dame un beso de esos, lanzado en parapete con las yemas de tus dedos, de distancia cercana, acertando en mi corazón como señal para una ilusión.
Regálame tu aliento entre carnosos labios, entre risa desbocada con gustillo a beso en almíbar, y así dibujar la huella de tu rastro disipado del soplo del impulso entre estrellas y lunas.
Besos al aire crecidos de bocas pegadas, de esos quiero. Siempre. A boca llena.

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