Tan azul... profundo.

El atardecer era tan azul, que nunca vio el mar, rumbo a los confines de un tiempo perdido, marchitado... Apareciste tan azul que eclipsaste el ancho del anochecer... Fresco sin encuentros y nos miramos desnudos sin tapujos... Tan azul fue el camino correcto que pasarán muchas cosas con emociones encontradas... Te busqué en el azul profundo de mi existencia, y al aparecer me envolviste en tu azul intenso y el cielo fue azul, tu mirada tornó azul... Mi silencio acabo siendo azul, y tú me miraste al abrazarme tan azul, tan profundo.
Por la ventana, inmensa abriste el destino, siempre es azul, pero en esta ocasión parecía más grande... Vestido de azul, el día me alegraste y el otoño pequeño en mi calor corporal... Al verte, las nubes volaron entre mis manos a esconderse en el azul cielo de mi esperanza... Sin rasgos, sin pedazos, el tiempo sonrío apoyado entre tu costado y el aroma especiado, mezclado con la sombra verde del agua, madera de blanco y ámbar... toques a canela y pomelo, seduciendo al apagado de mi azul...
El viento y la lluvia marcharon en el sueño de la voluntad de crear, dejando el rastro azul de la inmensidad...
Tu parte azul embriagó hasta el delirio del sonido mágico de mi locura.
Tras las nubes el cielo sigue siendo azul.

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