Manhattan & Sushi 16: Penas, mentiras y Manolos



- Le quiero y punto... le quiero, y sé que voy a vivir con la pena toda mi vida, pero he cambiado, Bibi,... aprenderé a vivir sin él, sin... .- miraba a Bibi, señalando con mi dedo indice al ombligo.
- Déjate de cantinelas, existen hombres para aburrir, y existen hombres para mandarlos a la mierda con todas las palabras... Plantearte una nueva vida alejada de Feliciano es lo mejor que puedes hacer, y haz algo que enriquezca tu vida como un curso de cocina, o de jardinería...
- O comprarme un perro, o mejor... un gato.- le digo mientras la enfermera terminaba de desinfectarme la incisión de la aguja.
- Bravo... es mejor aprender jardinería o cocina que psicología masculina... donde esté un buen plato de lentejas, o un ramo de orquídeas, que se quite un hombre porque nunca llegas a conocerle del todo... Para muestra un botón.
Reímos, aunque mi mirada estaba perdida en esa habitación tan blanca, y algo en mi podía cambiar la decisión que marcaría mi destino para siempre. Lo primordial, la salud de Lola, y luego comenzar de lleno en el nuevo rumbo, quizá un viaje o un cambio de casa. Cuando era más joven cada ruptura suponía una mudanza, o bien de cabello, de estilo, o incluso un gasto extra con mi tarjeta de crédito, que es la que más acababa sufriendo.


- Hombre de 38 años con Traumatismo craneoencefálico con laceración en zona parietal. Herida directa por baja velocidad y hendidura por tacón de aguja de zapato de la marca... a ver... sí, aquí está, MANOLO BLAHNIK... semiinconsciente. Tensión normal y oxígeno al 97 por ciento.
Se oyeron risas en el box en el que entró Feliciano y Angus...
Chusa detrás con dos agentes de policía:
- Perdona, ¿me devolverán mi Manolo? .- andando coja con un solo zapato.
- ¿Cómo dice señorita?
- Le digo que es mi zapato el que está en la cabeza abierta del señor de la camilla... y además cuesta una pasta.
- Forma parte del sumario, y es una prueba, de momento se encuentra usted retenida.
Angus se vuelve y le recrimina a Chusa:
- ¿Cómo has podido?
- Cállate, que todavía tengo otro zapato... venga, largo.
- Señores agentes, quiero poner una denuncia.
- De acuerdo, ahora le tomamos nota, un segundo, que terminemos con la señorita Valmonte.
La llevaron a la capilla del hospital, encerrada en una iglesia que para Chusa era lo peor que le podía pasar; atea, y con un cierto rechazo a todo el campo asociativo de la religión.
Marco no daba crédito a todo el embrollo en el que se encontraba y Bibi y Susa ajenas a todo.
- Chusita, ¿has atravesado la cabeza del zafio ese con un Manolo Blahnik?.- Marco entre la risa y el estupor, gritaba al otro lado de la puerta, ya que se encontraba flanqueado por un agente.
- A ver, despeje la zona... .- se dirigió el agente a Marco.
- Tranquilito... soy su abogado y tiene derecho a tener uno. Déjeme pasar o aquí tendremos más de un lío.
Marco desempolvo el carnet del Colegio de Abogados de su cartera, y lo enseñó al policía como si de un portero de discoteca se tratara.
-Tiene quince minutos.
- Gracias, y sonríe un poco, hombre, que es gratis y de momento no ha muerto nadie.
Al pasar encontró a Chusa esparcida en un banco, con las manos en la cara, y de almohada su bolso. El ambiente parecía sacado de una peli de terror de serie B, a la luz de las velas, por alguna alma perdida, y las miradas fijas de dos imágenes cristianas: San Sebastián y María Magdalena.
- Bueno, bueno, bueno... me voy a sentar, porque esto ya es lo más
- ¿Qué pasa, joder?.- se incorpora Chusa.
- ¿Qué que pasa? Mira, la puta y el maricón...
- No sé que dices, venga y no me toques el...
- Las imágenes religiosas... que esta iglesia es muy gay o muy preocupada por las desigualdades sociales... me gusta, Chusita... San Sebastián es mi mártir gay, y Magda, bueno lo de Magda... es muy fuerte....
- Vale... para, para... estoy acojonada... .- le dice Chusa mientras contempla su maquillaje en un diminuto espejito.
- ¿Le has partido la cabeza al petardo ese con un Manolo? Eres lo máximo, Chusita...
- Bueno, vete preparando que eres mi abogado... ¿cuánto me puede caer?
- Vamos a ver, es un delito por agresión, la pena básica de prisión de tres a seis meses o multa. y el delito imputable dependerá de las lesiones, de los medios empleados: el Manolo.. .- se ríe.- de los efectos, pero conociéndoles seguro que pedirán indemnización por las lesiones, posibles secuelas...
- Estoy acabada, Marcos...
- Ni lo sueñes, tenemos una carta, que es Susa, que podrá mediar para que Feliciano quite los cargos contra ti, pero está la mala de la película que es Angus...
- Ya... menudo cuadro tenemos, Susa preñada, Lola en coma, yo encerrada en una puta iglesia...
Entraron tres agentes, portando un ordenador...
- María Jesús Valmonte Bonezzi
- Sí, sí, soy yo.
- Le vamos a hacer unas preguntas sobre lo acaecido.
- ¿Puede estar mi abogado?
- Claro, no se preocupe...
Estuvieron hablando media hora, Chusa lloraba sin consuelo, porque aunque es una mujer fuerte, se sentía ridícula, rota, un bicho raro, ante tanto suceso, desesperada porque en vez de preocuparse por su amiga Lola, estaba sumida en una detención policial por presunta agresión.
- ¿Cómo se considera usted señorita Valmonte?
- Culpable, indudablemente.
Lloró abrazada a Marco, ahora temía que se cumplieran los peores presagios.
Cabizbaja y triste, Chusa y Marco volvieron a esperar sentados a que Bibi y Susa salieran y contarles todo lo que había ocurrido.
- Tesoro, voy a por una tila, ¿vale?.- Chusa asintió entre el desánimo y el silencio plasmado en su cara.

Marco salió de la sala, y respiró un aire húmedo como augurio de una llovizna pequeña sobre su cabeza. Miró su móvil, y pensativo, quiso llamar a su socio de Bufete para cerciorarse de lo que se le venía encima...
Mientras buscaba el número de móvil, y seleccionaba monedas para las tilas, escuchó una voz familiar, se acercó a la puerta entreabierta donde se podía leer "Sala de Curas" y Angus habla por teléfono.
- Sí, estamos en el hospital Montepríncipe.
- No, yo estoy bien, ya te dije que perdí el bebé... estoy con Feliciano que ha sufrido una agresión.
- Vale, vale...
- Te llamo en cuanto sepa algo.
Antes de que colgara, Marco se difuminó entre la gente del bar a la velocidad del rayo... y una leve sonrisa se le dibujó en el rostro.
- Ahora todo cambia.- susurró.

CONTINUARE...

Comentarios

  1. que bueno....calla que tengo otro zapato...jajaja. Pues anda que Marcos se esta poniendo interesante, que se te estará pasando por tu cabecita, muy bueno, como siempre me dejas en ascuas.

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  2. o_O no tengo palabritas...genial, estoy totalmente enganchado.
    La escena en la capilla, lo más.
    :)

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  3. ¡Quiero más, quiero más! Haz que Marco crezca como personaje,me encanta.Todo se complica y lo que mola es que no acaba. Noooo que no acabe nunca.

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