Madres & Hijas

Ayer fui al cine con mis mejores amigos, a ver una película de uno de mis directores favoritos, Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez; pese que ya el cine está por las nubes, nunca mejor dicho. Las estrellas de esta gran película aún aúnan en mi cabeza varios pensamientos, absolutamente reales como la vida misma.
El argumento de la película es fácil, Karen es una mujer de cincuenta años angustiada por el pasado: a los 14 años dió en adopción a su hija. Ahora, cuidando a su madre enferma y reacia a cualquier tipo de relación humana, Karen no puede dejar de pensar en lo que habra sido de esa niña, ahora una mujer, escribiéndole cartas que nunca va a recibir.
Madres e hijas aborda el tema de la maternidad defendiendo los lazos de sangre como un vínculo eterno e irrompible que ensalza la condición humana y, concretamente, la femenina.
No es una película de mujeres, sino con mujeres, basando su columna vertebral en las relaciones humanas cuya conexión es la maternidad, desde muchos puntos de vista: Una madre influye positiva o negativamente en un hijo, y eso es lo que marcará toda la película, (y toda su vida), centrada en tres historias diferentes pero unidas por la casualidad.
Aunque el hilo principal del argumento es la angustia de Karen (Annette Bening), le tortura su vida: "Cada uno de mis pensamientos, me hace volver a ella..." ante la ignorancia de lo que haya podido suceder con su hija, la película tiene un elaborado guión que narra otras dos historias más que terminan uniéndose con la principal; la segunda historia comienza con la frase "Si no te importa, ¿puedes contarme algo de tu vida privada?"
Elizabeth (Naomi Watts), una brillante abogada y mujer de voluntad maquiavélica, fría y calculadora, que odias desde el principio, pero que al final la acoges en tu seno y sufres por ella, se queda embarazada de Paul (Samuel L. Jackson), el dueño del bufete donde trabaja. La tercera cuenta La ansiedad y fortaleza de Lucy (Kerry Washington) al comenzar un proceso de adopción por la imposibilidad de dar un hijo natural a su matrimonio.

Las tres historias van aconteciendo en pantalla de un modo fragmentario pero progresivo y, aunque no es difícil adivinar la resolución de todas ellas, el autor no juega a la sorpresa fácil y al giro argumental que sorprenda al espectador. En mi opinión, está más interesado en la comunicación de los estados emocionales de sus tres protagonistas, algo que consigue de un modo brillante en mucha de las secuencias. Secuencias rotas, desiguales e incluso desenfocadas, como si de un ojo humano se tratase. Transmite un apoyo incondicional a la adopción, vetando al aborto, como alternativa al embarazo no deseado, sin meterse en convicciones políticas o religiosas.

Debemos mirar hacia delante y construir algo nuevo, eso es la conclusión que una hija ofrece a una madre seca de sentimientos, pero que desgraciadamente no lo podrán construir juntas, pero sí ayudará a su madre a poder seguir viviendo feliz.
Esta película me ha marcado, y consiguió emocionarme desde el minuto 0, también es verdad, yo soy de lágrima fácil, de sentir, de volverme al revés por un sentimiento puro, y lo que vi ayer, fue absolutamente puro.
Mezclé chicle, lágrimas y mocos, mezclé realidad, sentimiento y vida.
Todas estas emociones son fluidas en todo el metraje, ayudadas con una música exquisita y una cuidada y majestuosa luz, sin olvidar a todo el plantel de actores y actrices, que hacen conmover hasta el corazón más frío. Cuando piensas que no tienes nada que ofrecer, aparece una mano tendida a la felicidad, para hacerte plena.
"No conoce nada más que el latido del corazón de su madre.- Eso debería de bastar por ahora... "

No se la pierdan!

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