V é r t i g O


Vértigo es la trasparencia de tu alma en la medida de un suspiro, asomándote al abismo de tu mirada... Vértigo es la creencia de una idea llevada, hasta la saciedad, al borde de la locura. De esto se forma mi sensación ilusoria que recrea el vértigo a cada paso, como si los objetos fueran a desplazarse a marchas forzadas... 
Vértigo consume la ignorancia perdida del que expresa un sentimiento verdadero, llegando incluso a fundir palabras, esas tres, que ondean a media asta en el corazón y que la razón atenta al suicidio masivo de los sentimientos, haciendo que esas palabras fundidas se pierdan en la inmensidad del sonido. Vértigo es eso, sentir una caída libre en la línea divisoria entre el mar y el cielo, y el trastorno quedaría grabado bajo la piel. 
Vértigo es querer olvidar, y aunque quiera olvidar no se me olvida que no puedo olvidarte, porque el intentar olvidarte, es irónicamente mi mejor y mayor recuerdo...
Mi vértigo es estar sentado frente a la ventana que me conecta al mundo y no ser capaz de apreciar nada, de no alterar mi memoria líquida que fluye por tus huellas borradas por  la salida del sol. 
Esta angustia generada por el desvanecimiento de los recuerdos se transforma en unas manos congeladas que impiden mi movimiento; Me estoy perdiendo y no sé si quiero encontrarme, si quiero irme, morir, o si quiero que me dejes morir, sabiendo que respiro y que el aire huele a tí...
Mi vértigo es despertar ausencias y temores, y que la existencia solo sea el vicio de una experiencia, sin retomar una inspiración abierta a unos brazos.
Esa soledad maldita que se aferra tóxicamente a mis sentidos, enterrándolos en terreno árido, con mi voz sin palabras: eso es Vértigo.
Me gustaría parar el tiempo y no poder alejarme de tí, sin vértigo, porque harto estoy de besos sin alma, de papel mojado de las lágrimas... Empiezo a escribir esas palabras guardadas entre las vísceras de la verdad. Pero no estás. Deseo volver a una realidad cierta, a una noche que me ayude a soñar y poder confundirme en el mar... quiero todo lo que pueda soñar, liberando mi mente y desvanecer mi cuerpo en los remos de la vida.
No intentemos engañar al tiempo, no puede ser, porque no estoy hecho para ser así, vale la pena por mi, y ofrecer mi sonrisa al mundo, aunque por ello duela, pero el corazón no dejará nunca de latirme, de sentir que la vida me da y me dará lo mejor... Eso es lo que cobra sentido: vivir intensamente cada momento, sin vértigos...
los miedos de la razón y la suma de los miedos del corazón, es la ecuación de mi locura, ese es mi V é r t i g O. 



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