... difuminado ...

Un paseo que hago a diario es caminar por mis pensamientos, deseos, anhelos... acercarme a ellos y colocarlos en cada recoveco de mi interior,  atusarlos,  acariciarlos, dejarlos maqueados entre tanta confusión y devolverme por un segundo a un mundo, mío, donde pocos pueden entrar: mi esfera emotiva. Miles de partículas de colores pululan alrededor de mi azotea gris, girando todo entorno a mi pedazo de cielo. 

Lo curioso de todo esto es que siempre acabo con cara de sueño dejándome arropar por un pensamiento único: mi madre. Todos los caminos conducen a ella, mi despertar me lo da ella,  la noche me la vela ella, la vigía de la madrugada me la acaricia entre sueños.  Es un momento feliz, porque ella tiene el don de la facilidad que subsana todo recuerdo, repitiendo como fotos, los instantes de vida en mi memoria...

Ahora con el cambio de año, encontraré un paraíso en cada uno de esos pensamientos, abordaré todos los enigmas con ganas y cercaré la parcela donde los sentimientos que vuelquen mi alma, pueda catalogarlos en emociones intensas, y difuminar cada uno ellos en pinceladas de colores en el mural de mi recoveco. Luz siempre Luz. Intensa.

Quiero agradeceros a todos los que por un instante habéis hecho que mi camino siga coloreando el rumbo; los aludidos de mi corazón, a esos,  a los que entregué la llave de la parcela donde se encuentra mi mundo.

No hay misterio que no esté resuelto ya, y con pies de barro pisaré los miedos para poder verme reír entre todos vosotros. 

El punto principal es el elemento motor que representa mi limbo, mi gran estrella, que hace que se concentre toda la atención. Por lo tanto, ese punto, como tal está presente en muchas situaciones que existen a mi alrededor: eres tú, mi vida, My Star.

Agradecer también, siempre a los demás puntos; que como luces de colores, adornan cada esencia de mi ser, a los nuevos, a los antiguos, a los que lucen mucho,  a los que poco a poco se apagan, y a los que se fundieron... Todas ellas, difuminadas, representan los puntos cardinales de mi existencia, que toma carácter de singularidad.

Y a mi luna, a la que le debo todo: ese amor de contrabando que profesa en mi parnaso.

Feliz, siempre dejo la puerta abierta para envolverme de esencias nuevas.

FELIZ 2013