carta de un HASTA LUEGO...

¡Hola! Digo Hola porque tengo el más absoluto convencimiento que estás con nosotros, en nuestros corazones. En estos días, despertamos con la sensación de que es difícil deshacerse de la nube grisácea que provoca el vacío que nos dejas… en estos días, quiero que sepas, que mi vida da vueltas, despacio, creando un cúmulo de sentimientos encontrados y que hoy te los quiero esbozar…

Conseguiste lo imposible, y de lo imposible, a lo difícil, nos diste tu significado propio de amar; un amor a los demás, sin adornos ni florituras… sin la cercanía de un abrazo con el remedio de aceptar tus besos al aire. Preguntaréis cuál es su concepto de amor, pues bien, Él amaba con la simpleza de su entrega, de su deber, de su todo en el día a día… sin sobrarle.

Tu tren se aleja y no hay más remedio que sonreírte en mi alzada al aire y con la vuelta de mi sueño, tener al tiempo como testigo, sin lamentos de lo que fue o lo que no pudo ser...

Nos has demostrado y enseñado tenazmente con la donación en cuerpo y alma tu lucha para y por tu familia, sin caer nunca en la desidia, ni en el abandono.

Has trasmitido de manera ejemplar a tu esposa y compañera, a tus cuatro ilusiones, bellos seres, la valentía ante los zarpazos que conlleva batallar en esta vida. Esa es tu máxima expresión del amor.

Perdurará los recuerdos imborrables en mi retina, como por ejemplo, cuando nació tu nieto y Tú, quisiste dormirle entre el vaivén de tus manos, te empeñaste en ofrecerte a protegerle en cada momento de su existencia... o ya, en la infancia ilusionarle con todas tus experiencias futboleras y crearle una afición.

Justamente ayer pregunté a tu nieto que me dijera algo de tí y él me contestó entusiasmado: Me regalaba todo.

El niño no ha podido resumir mejor la experiencia vital de su abuelo, su forma de vivir ha calado a las futuras generaciones de la familia.

Si ahora tuviera un instante de tí, llenaría el vacío de todo lo que mis palabras pudieran llenarte... y sé que la distancia no va a ser el olvido, y entre suspiros te encontraremos cerca, entre nuestros latidos.

¡Muchas Gracias! por hacernos ver lo importante de la vida y espero saber inculcárselo yo, como tú, a mis hijos. Me despido con un hasta luego, entre nostalgias y buenos momentos... Y ahora sí quiero yo mandarte un beso como parte principal de tu hazaña más futura y sonreír FELIZ.

" en recuerdo a A. y de todos los sentimientos trasmitidos por una de mis mejores amigas... te quiero, M."


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