muerte para Piano..



El silencio oscuro de tu frente, hizo sentirte mejor, sin hablar, con tu copa de cognac, marcaste unos pasos de un pequeño vals, sin acorde; la pereza te hizo desvariar y no acariciar tu piano blanco al que le faltaba la nota Do 3:
"Es un piano tullido, no sirve para nada".- te repetías para cerciorarte que el miedo no era el piano, sino tu poca cabeza para retener una mínima melodía, unido al estremecimiento de deshacerte de él, porque era un regalo de tu abuela, que siempre creyó en ti.
"Si me das tu luz, podré morir tranquilo".
No puedes acercarte más de dos milímetros de existencia, te impone, y robas los falsos huecos que faltan en tu corazón, por pena, por incertidumbre...
Atrévete a decirlo, atrévete a ser feliz... no te arrugues como el cielo gris apunto de saltar esas gotas negras de azul petróleo y teñir de blanco lo que te es puro.
"Quieres escapar de este berenjenal", la música no se oye, y por eso, tus sentidos son cortos y tus gestos carecen de mimo.
Pensamientos al unísono... eso son, simples pensamientos que ejercen de balanza a la dureza de aquello que es real.
Te enfrentas, te sientas en el pequeño banco de tu piano, y te pueden las ganas, intentas tomar impulso y un soplo a tu corazón, respiración contenida y un pequeño temblor en tus manos desvaneciendo todos tus fantasmas...
Suena los acordes de "Para Elisa", emociona, tomas ritmo... pero el piano no reacciona por su mutilación y caes...

Toda melodía altera y profundiza nuestros pensamientos, y ayudan a ejercer de peso en una fuerza mayor que es muestro corazón.
Sentir que sientes es importante, pero igual que sientes mucho no se sabe dividir o canalizar, sin sentir que sentías esa melodía que hace ser motor de nuestra vida. Es como dar cuerda, presintiendo aquello que debes sentir.
Yo siento que sentía que te perdía... Adiós, tristeza. Salga sin dar portazo.

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