Manhattan & Sushi VII: Condenadas a Vivir

Bibi anduvo todo el camino descalza, notando el asfalto caliente no soportaba las sandalias que se había comprado hace dos días en una tienda exclusiva y que nos reímos de lo cara que costaron y de seguro le harían daño:
- ¿Ves, Susita,? somos como dos peregrinas, andamos solas en la noche, lo malo que no probaremos el botafumeiro, esa es la pena... .- me dice con media sonrisa.
- Somos humo, querida, esparcimos humo y estamos condenadas a nosotras, a vivir... .- le digo.-¡qué coño, Bibi, estamos condenadas a Vivir, una a la otra y otra a la una!
- Cómo se nota que tienes carrera, cabrona... qué filosófica estás... pero te quiero aún más.- me besa.
Reímos y seguimos en marcha agarradas a lo comadre. El café completo consistía en; un café doble, zumo de naranja, toda clase de bollos, o porras o churros, un desayuno como los dioses mandan... Había sido una noche larga, eran las cinco y media de la mañana, y teníamos que cubrir las carencias de una noche intensa y llena de excitación.
- Dame un cigarro, querida, que es a lo que aspiro ya, en esta madrugada... sólo me queda los viejos sueños, ya no tenemos inocencia, Bibi, este amanecer no me gusta nada... No sé por qué te cuento esto.
- toma, anda, y deja de decir gilipolleces... .- me da un cigarrillo mentolado, desde que los fuma Chusa, nos hemos enganchado a ellos, al menos fumamos todas la misma marca.- te voy a dar una hostia así en toda la cara que tienes de pan de hogaza para que espabiles... decir que no te gusta este amanecer...
- Sí, tía, es un amanecer de un angustiosa calma... no sé, Marco se fue con el camarero...
- A follar como leones, Susita... .- me interrumpe.
- Sí, sí.. Chusa con el maromo tío bueno...
- A follar como leones, Susa, hija...
- ya.. ¿pero no te parece algo extraño?..
- Qué coño de extraño, anda... sábado sabadete... ¡polvete! no se te olvide que yo follé esta mañana.. jajajajaja.
- Sí, sí lo sé y sigues teniendo el aire roto... pero no sé tengo una corazonada, no sabemos nada de Lola...
- ¡Hostias, Lola!.. es verdad... pero se habrá dormido atiborrada de helado de macadamia, su favorito.- me dice Bibi, quitando importancia.
- y luego está Angus, ¿por qué aparece en mi vida cuando ya le había borrado de un plumazo? ¿qué querrá? me dijo que hoy me llamaría y quería hablar conmigo.
Bibi, se paró en seco, se me quedó mirando como si hubiera visto a un fantasma o como si le hubiera dicho que estoy embarazada.
- ¡¡¿Qué , qué?!! ¿Qué la loca esa, desequilibrada, quiere volver a tu vida? ¡Qué la jodan! esa quiere algo; vive en una continua adolescencia, con un novio insulso, ya, ya lo sé...
Mi cara iba adquiriendo color blanquecina, y mi cuerpo lo sentía blandengue como si me llevara la no brisa del amanecer de agosto... No podía articular palabra, y el mal rollo se apoderaba de mi en cuestión de unos segundos.
- Susa, dime, ¿qué te pasa?.- me coge Bibi, abrazándome.
Al instante de notar el roce de Bibi, me puse a llorar desconsoladamente, con hipos, sería la tensión de la noche, y en mi cabeza giraba Angus, Feliciano, Lola y Marco; esa preocupación me angustiaba. Nos sentamos en un banco, menudo cuadro, Bibi descalza, con los pies negros, yo con los ojos corridos por el rimmel y la blusa blanca que ya parecía gris...
- Joder, me estoy preocupando, tía.. ¿Feliciano? no me jodas, Susa, sigues enamorada de Feliciano, después de irse con Angus... ¿hay algo que debo saber y no me has contado? ¡Susa! ¡coño! ¿a qué te pongo el pie en la cara?.- Bibi con sorna para poder levantarme.
- Ya estoy mejor... (entrecortada, hipo)... sí... hay algo que no te he contado... pero necesito un café cargado y dos aspirinas, y algo de dulce para que me rija esta cabeza mía...
Nos levantamos, un barrendero que se encontraba regando la calle, muy amablemente me dejó su manguera y me refresqué la cabeza y Bibi se lavó los pies, frescas como una lechuga, continuamos nuestra ruta hacia el café completo.
Caminamos mudas, Bibi, de vez en cuando dirigía su mirada a mi rostro... y me besaba.. yo con la mirada perdida.
- Vamos donde Julián, no, corazón... ahí tienen todos los manjares para el desayuno, además nos tratan muy bien... Este Julián nos mira con deseo pero al menos tiene un buen café qué será lo único que tenga bien...
Sonrío ante las palabras de Bibi, y le aprieto bien del brazo, como si se me escapara por un momento el equilibrio.
El sol empezaba asomar, caprichoso, que nos auguraba una día de un calor insoportable.
- Buenos días, Julián, ¿nos pones a Susa y a mi dos cafés completos?
- ¡Qué madrugadoras son estas chicas! si son las siete menos cuarto... esperáis un poquito a que la máquina del café se caliente... ¿vale?
- Bien, no hay problema... dos zumos, ¿no, Susa?.- dirigiéndose a mi y asiento con la cabeza.- Sí, Julián dos zumos.
- Susa me acerco al mostrador para ver que hay de comer, ¡Estoy famélica! te digo... .- vuelvo a asentir con la cabeza, triste y agobiada.
- ¡A ver! de dulce; los bollos que conocemos... de salado: sandwich fríos y calientes, a ver... ¡ay, qué bueno, hay empanada!.- se dirige a mi.- Susita, amor, ¿qué quieres?
- Un sandwich mixto y un trocito pequeño de empanada.- le digo rebuscando en mi bolso alguna aspirina.
- ¿Oíste Julián? para mí lo mismo.- le guiña un ojo y vuelve a la mesa.
-Este tío cada día está más viejo, y mira la mujer, qué guapa se conserva, debe ser por los vahos de la cocina... si se descubre que es eso, vengo y me pongo a currar de cocinera... .- lo piensa por un momento.- ¡Uy, quita, ni muerta! ¡viviré adherida al botox!.- ríe a carcajadas.
le cojo de la mano y empiezo a contarle:
- Bueno... es difícil de contar, porque no he hablado con nadie de esto, ni siquiera con Chusa... Me he puesto así porque has empezado a hablar de Angus y de Feliciano, y sabes que Feliciano, ha estado en mi vida siete años...
- Siete años en los que te ha chuleado, Susa, siete años en los que le has abierto las piernas, tu corazón y tu casa... es que no hay derecho.
- Vale, ya sé tu opinión... Cuando Angus vino de Manchester, de terminar el posgrado, sabes que vivíamos Feliciano y yo en mi casa y ella me pidió dormir varios días porque tenía que buscar piso, no quería volver a casa de sus padres...
- Pues tenía que haber vuelto, si los tiene sangrados, como tienen pelas, ella no se preocupa de nada... menuda lagartija...
- Para, joder... ¿a todo tienes que dar la puntilla, no?.- le digo un poco enfadada.
- claro... esos dos han hecho daño a mi amiga, y yo les odio... ¿es normal, no? ¿o te tengo pedir permiso para odiar a quien me plazca?
- No, ya, ya sé... pero me es difícil continuar con el hilo... el caso es que Feliciano y yo estábamos juntos, y Angus se empezó a meter entre nosotros, decidía cosas que nos atenía a nosotros... ya sabes...
- ¡Hijadeputa!.- suelta Bibi, aspirando su cigarrillo con rabia.
-¡SChsss! lo sé... yo estaba tan cegada con Feliciano, que no pensé lo que podía llegar a pasar en unos días... lo que todas sabéis... se enrollaron y me dejó.
Hasta ahí todo lo que sabes, pero es que ahora, he de decirte que llevo follando con él siete meses...
- ¡Susa! jajajajaja, ¿Y Mario?.- entre la risa y la incertidumbre.
- Me enrollé con Mario por si podía olvidar a Feliciano... Mario es hueco, Bibi... solo le importa el fútbol, comer carne porque no le gusta otra cosa y meterla, hija.
tiene buen fondo y buen rabo...
- Sí como diría Chusa... ¡Qué les pasa a los hombres! me cago en la puta... ni que nosotras fuéramos un puesto de urgencia de ellos... Nosotras, las mujeres hacemos cualquier cosa por tal de no estar solas... joder, dignidad, Susa,...
Julián nos trae los zumos y la comida...
- ya mismito el café, guapas....- una sonrisa babosa le cubría el rostro.
Asentimos sin mirarle a la cara...
- Bibi, quiero a Feliciano, pero ha dejado embarazada a Angus...
- ¿Quéeeee? bueno, Susa, lo dejas ya... que le jodan... y a otra cosa mariposa... Ahora sí que no va a dejar a Angus por ti, si está preñada...
- Bueno eso no lo sabes, Bibi... .- le suelto, inocente...
- Pero tú eres gilipollas o qué, tía... Los tíos no tienen cojones para tomar decisiones, son insulsos, además de Feliciano, puede comerte el coño muy bien, pero no tiene sal, no tiene sangre, tiene horchata... lo único bueno que tiene es su perra, que mueve el rabo agradecida de verte y te babea el zapato...
- Qué burra eres, tía... pero llevas razón. ¿qué hago? Debería enrollarme con una mujer, hacerme lesbiana, bollo de crema, felpudo, al menos sabría comprenderme...
- Jajajajaja es lo único sensato que has dicho por el momento... Qué alegría darías a Marco.. jajajajaja.- me dice sonriendo.- Ven dame un morreo con lengua, que quiero probar, y que mejor que probar con mi mejor amiga.. no, Susa...
- Jajajajajaja, qué cosas tienes...
- Te lo digo de veras, ...
Bibi se levanta, me coge mi cara llena de churretes y me besa, metiéndome la lengua hasta la campanilla.
Julián trae los cafés, y al vernos enrolladas, perdió el equilibro y cayeron al suelo.

CONTINUARÁ...






Comentarios

  1. esta historia se complica por momentos, increíble, real como la vida misma...y como siempre nos dejas con la miel en los labios...me encanta.

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